martes, 30 de septiembre de 2014

La bioluminiscencia y otras luces

Luminiscencia
La luminiscencia es un proceso que tiene como resultado la emisión de luz, pero sin que sea un proceso de combustión (como el sol o el fuego), por lo que ocurre a temperatura ambiente o baja temperatura.

En la naturaleza, los seres vivos disponen de varios mecanismos para la producción de luz, el más común de ellos es gracias a la reacción química que tiene lugar entre la luciferina y la luciferasa (luminiscencia bioquímica); pero existen otros mecanismos, como la fluorescencia debida a proteínas fluorescentes, tales como la GFP (Green Fluorescent Protein).

Bioluminiscencia
Yo entiendo la bioluminiscencia como la producción de luz por organismos vivos.
Algunos autores limitan este concepto sólo a la luminiscencia producida mediante reacción química, para ellos la bioluminiscencia sería la luz producida por un ser vivo gracias a una reacción química dentro de su organismo; dejarían fuera de esta definición a la fluorescencia producida en un organismo vivo.
 Este fenómeno que se presenta en todos los niveles de la escala biológica, y ocurre con mucha más frecuencia en organismos marinos, lo presentan bacterias, algas, hongos, medusas, insectos, calamares, y peces, entre otros.
Un ejemplo típico es la luciérnaga (Lampyris noctiluca), que posee unas células especializadas en la producción de luz, estas células emiten la luminiscencia a través de la piel y se valen de cristales de urato para que actúen como reflectantes.
En muchos casos, la bioluminiscencia procede de bacterias que viven en simbiosis con otros organismos, en este caso las bacterias suele acumularse en unos órganos especiales llamados fotóforos. Estos órganos pueden tener distinto grado de complejidad, pueden llegar a estar formados por lentes, obturadores, filtros, estos fotóforos se encontrarían conectados al sistema nervioso del organismo permitiéndole controlar la emisión de luz a su propia voluntad.
La función de la bioluminiscencia es variada, a algunos animales les sirve para encontrar pareja a la hora del apareamiento (las luciérnagas), en otros casos para atraer a las presas (peces abisales), o para confundir a los depredadores (algas del placton).
El mecanismo más común para la producción de la luz es el formado por el complejo luciferina/luciferasa (figura 1), siendo la luciferina el sustrato sobre el que actúa la luciferasas, que es el compuesto que cataliza la reacción (enzima). El resultado es la conversión de energía química en energía lumínica.


luciferina luciferasa

Figura 1: La luciferina es el sustrato de la enzima luciferasa, que cataliza la reacción que culmina en la luminiscencia. Esta enzima necesita de la participación de la fuente de energía química (ATP), del oxígeno y del magnesio. Las luciérnagas controlan la producción de luz mediante el suministro o no de oxígeno a las células que contienen la luciferina.

El investigación, el sistema de la luciferasa es muy utilizado como herramienta de ingeniería genética para emplearlo como genes reporteros (indicadores) en los estudios de los mecanismos de expresión y regulación génica. Se venden kits comerciales que hacen que el ensayo sea rápido y sencillo, se basan en el gen luc de la luciferasa de luciérnaga.

La diferencia entre luminiscencia bioquímica y fluorescencia es que en la primera, la energía necesaria para que se produzca la emisión de luz procede de una reacción química, mientras que en la fluorescencia, la energía necesaria procede de la absorción de un fotón seguida de la emisión de otro fotón.

Fluorescencia
La fluorescencia es un fenómeno que está ampliamente extendido en la naturaleza, existen muchos compuesto capaces de emitir fluorescencia (podéis leer la entrada “La fluorescencia, haciendo visible lo invisible”), pero también se presenta como un fenómeno bioluminiscente. La luz verde que emiten ciertas medusas (como ejemplo Aequorea victoria) es debida a fenómenos de fluorescencia gracias a la proteína verde fluorescente (GFP). Se siguen buscando otras proteínas fluorescentes en animales marinos, en la actualidad disponemos de la proteína DsRed obtenida a partir del cnidario Discosoma sp., en este caso la emisión de luz es en rojo.

El descubrimiento y posterior desarrollo de la proteína GFP, supuso el Premio Nobel de Química en el 2008 a sus autores. Gracias a estas propiedades fluorescentes y a la capacidad que tenemos actualmente para manejar el gen que codifica la proteína, se ha convertido en una herramienta clave para la observación de la expresión génica, muy utilizada en ensayos in vivo para estudiar la migración celular, expresión de proteínas y un larguísimo etcétera. Se han mejorado sus propiedades y se han obtenido algunas variantes que son capaces de emitir fluorescencia en otras longitudes de onda.
GFP y tumores
Figura 2: Expansión a lo largo del tiempo de células tumorales marcadas con la proteína verde fluorescente (GFP).

Fosforescencia
En la fosforescencia, al igual que en la fluorescencia, la energía necesaria para que se produzca la emisión de luz procede de otra luz (un fotón). Por lo que hablados en los dos casos de luz de excitación y luz de emisión. La diferencia entre fluorescencia y fosforescencia es que en el primer caso, cuando dejamos de iluminar con la luz de excitación, se deja de emitir luz, mientras que en la fosforescencia, la luz de emisión puede durar durante un tiempo, incluso una vez que se ha dejado de excitar. El caso típico para ilustrar la fosforescencia son las típicas pegatinas que se exponen a la luz y una vez que en la oscuridad, las pegatinas continúan emitiendo luz (fosforescencia).
fluorescencia y fosforescencia
Figura 3: Un fluoróforo es una molécula capaz de absorber un fotón, cuando esto sucede pasa de un estado relajado a un estado excitado debido al exceso de energía que posee. La tendencia de esta molécula es volver a su estado relajado y “liberarse” de ese exceso de energía. Los fluoróforos lo hacen emitiendo un fotón. Tanto en los procesos de fluorescencia como de fosforescencia, se produce la absorción de un fotón y la emisión de otro fotón. La diferencia radica en que en la fosforescencia las moléculas pueden seguir emitiendo fotos incluso una vez que ha cesado la excitación.

Un enlace de interés:

lunes, 22 de septiembre de 2014

Los modelos animales en la investigación biomédica

Los modelos animales en la investigación biomédica

Los modelos animales se han utilizado en investigación desde hace muchísimos años y constituyen un paso fundamental en el estudio de enfermedades humanas. Su uso se ha ido acotando poco a poco, pero sigue siendo un pilar insustituible en multitud de estudios.
Se emplean fundamentalmente en la investigación y la industria y hasta hace unos años, también en docencia.
En las universidades se utilizaban en prácticas para aprender y observar procesos fisiológicos, características anatómicas, y adquirir las destrezas necesarias en cirugía. Es en este campo se está reduciendo mucho el empleo de animales siendo reemplazado por alternativas como simulaciones por ordenador.
Dentro de la industria, donde más se empelan animales de laboratorio son, en la prueba y producción de nuevas moléculas de interés, como pueden ser los fármacos;  y en las pruebas de seguridad y toxicidad de productos de consumo. En este campo también se está intentando reducir el número de animales que se emplean con estos fines, para ello se están introduciendo modelos matemáticos y la simulación por ordenador de las interacciones fármaco-proteína (modelo in silico).
En investigación se emplean  para progresar en el conocimiento científico, como modelos en el estudio de enfermedades y para probar y desarrollar nuevas terapias.
Los animales se emplean para garantizar la seguridad de los nuevos fármacos antes de ser administrados a las personas durante los ensayos clínicos, esta etapa previa se conoce como ensayos preclínicos y están encaminados a evaluar su toxicidad, la eficacia, vía de administración, efectos secundarios y validar su potencial terapéutico. Estos ensayos preclínicos primero se realizan sobre cultivos celulares, y en una etapa posterior, sobre animales de laboratorio.
Además de emplearse en los campos ya citados, los animales también son necesarios para la obtención de sueros y proteínas sanguíneas, producción de vacunas, producción de anticuerpos que serán empleados en multitud de técnicas de laboratorio (inmunoensayos), producción de anticuerpos con fines terapéuticos, obtención de células y órganos.
La comunidad científica no es insensible a los prejuicios éticos y morales que supone el trabajar y sacrificar animales. En una sociedad del bienestar y el conocimiento no queda justificado ejercer crueldad sobre los animales y es responsabilidad de la comunidad científica no ocasionar daños innecesarios. Por ello, se ha convertido en una prioridad buscar formas de reemplazar y reducir el número de animales en la experimentación.
Para garantizar el bienestar de los animales, su cuidado, evitar el dolor y el estrés, se ha desarrollado una legislación muy estricta y se han establecido comités de bioética que velan por el cumplimiento de estos objetivos.
Los fundamentos para un uso racional de los animales se basan en el principio de las tres R’s: Reducir, reemplazar y refinar. Reducir implica utilizar el menor número posible de animales que permitan obtener resultados científicamente válidos. Reemplazar es sustituir el empleo de animales por métodos alternativos como son los modelos matemáticos, cultivos celulares, simulación por computación (modelos in silico), siempre que sea posible. Refinamiento supone utilizar estándares internacionales de procedimientos encaminados a minimizar el dolor y asegurar el bienestar de los animales. Asegurar el bienestar de los animales implica obtener resultados más fiables y supone, en la práctica, la reducción en el número de experimentos necesarios a realizar.

Los métodos alternativos al empleo de animales nos son muy útiles para disminuir el número de animales necesarios en la experimentación, pero no pueden predecir con fiabilidad los efectos que tendrían en un organismo debido a la gran complejidad de un ser vivo completo. En la actualidad, lo más razonable parece ser considerar el empleo de animales como modelos como una herramienta imprescindible para la investigación, prevención y cura de enfermedades humanas, empleando en la medida de lo posible alternativas válidas, reducir el número de animales a emplear y disminuir el sufrimiento de los animales.
Microscopia de fluorescencia confocal de un corte de cerebro de ratón
Microscopía de fluorescencia confocal de un corte de cerebro de ratón.
A: hemisferio izquierdo; B: hemisferio derecho; C: corteza cerebral; D: Cuerpo calloso; E: ventrículo lateral; F: tercer ventrículo; G: región CA del hipocampo; H: giro dentado del hipocampo
Imagen obtenida en la colaboración de las Dras Pilar Sánchez y Cristina Zahonero (UFIEC-ISCIII)

El ratón como modelo animal

Se emplean muchos animales como modelos en la investigación, pero es, sin duda, el ratón el más utilizado en la mayoría de los experimentos en los campos de la medicina y la biología.
Los ratones muestran una serie de ventajas con respecto a otros animales de experimentación; son animales complejos capaces de reproducir enfermedades humanas, son pequeños y manejables, su mantenimiento es fácil y no muy costoso, con un corto periodo reproductivo con camadas grandes. Otra serie de ventajas son las metodológicas, se puede manipular su carga genética con relativa facilidad, se poseen herramientas moleculares como son sondas de cDNA y abundantes anticuerpos específicos, existen más de 450 cepas consanguíneas diferentes y existe un bagaje histórico en los laboratorios muy importante.
Es el modelo experimental elegido especialmente en los campos de los trastornos inmunológicos, como pueden ser las enfermedades autoinmunes y la hipersensibilidad tardía o alergia, en oncología, o en infecciones experimentales por diferentes organismos, también se emplea en embriología, aunque en este campo está ganando terreno un animal de experimentación emergente como es el pez cebra, que ofrece otra serie de ventajas en este tipo de estudios.
La gran importancia de este animal al avance en el conocimiento de las enfermedades humanas radica en la disponibilidad que se tiene de manejar animales transgénicos, knock-out y cepas consanguíneas permitiendo el estudio in vivo de la función de determinados genes y su influencia en el desarrollo de las enfermedades de origen genético.

Embrión de pez cebra.
Embrión de pez cebra
Con la colaboración de la Dra Aránzazu Sanchis Otero y el Dr. Jesús Pablo García Cambero,  CNSA-ISCIII


Para saber más:
El modelo animal en la investigación biomédica. Silvia Hernández. Biomedica, 2 (3), 252-256. (2006)

Ética de la investigación en modelos animales de enfermedades humanas. Eduardo Rodríguez Yunta. Acta Bioethica, 13 (1), 25-40 (2007)